Macho y hembra, hembra y macho. A lo largo de la historia, a nivel biológico y social, han existido diferencias en el rol entre las mujeres y los hombres. Todo parece indicar que al principio de todo, cuando empezó a existir sociedad, el rol de la mujer se diferenciaba del de el hombre solo en lo biológico: la capacidad de gestar, parir y lactar.
Hagamos un breve repaso de cómo a lo largo de la historia el rol de la mujer en la sociedad se ha ido modificando:
Paleolítico: las mujeres se dedicaban a actividades de caza, pesca y recolección de alimentos, actividad que compartían con los hombres sin distinción. Desempeñaban un papel activo en todos los ámbitos de la vida.
Neolítico: gozaban de los mismos derechos que los hombres y se dedicaban a las actividades asociadas al sostén de la vida a la par de ellos: cazaban, pescaban, labraban terrenos para la siembra, recogían las cosechas y molían el grano con el objetivo de hacer harina.
Edad de los Metales: empiezan a presentarse algunos cambios. La mujer pasa de estar en el exterior compartiendo el trabajo con los hombres a encargarse de labores como el mantenimiento de la casa, la cocina, la elaboración de textiles, todo esto de forma simultánea con el cuidado de los hijos, actividades que se realizaban en el interior de la vivienda y en la vida privada.
Edad Antigua: en este punto, con el nacimiento de grandes potencias como Grecia o Roma, en la que los hombres tenían identidad, derechos y una participación activa en la generación de ideas, la mujer no gozaba de derechos políticos ni existía legalmente, dependía del cabeza de su familia, sea padre, esposo o representante. La vida de la mujer se centraba en el hogar y a la familia, su función principal era la de la procreación.
Edad Media: la mujer era considerada como un ser frágil y débil. Su cuerpo era velado por su familia para garantizar la pureza y la legitimidad de los hijos. A la mujer adúltera se le mataba.
Edad Moderna: su condición no fue muy distinta a la Edad Media. Aunque los humanistas teóricamente defendían la igualdad, en la práctica recomendaban que se educara a las mujeres para que se sometieran a sus padres y esposos.
Edad Contemporánea: los derechos políticos eran inexistentes. Muchas empezaron a alzar la voz ante injusticias, por ejemplo, en muchos países con democracia se estipulaba “sufragio universal” solo para hombres, por este motivo, a mediados del siglo XIX se inició un movimiento feminista que luchaba por la igualdad y por la obtención del voto femenino.
Me pregunto: ¿qué ha pasado? ¿Cómo pasamos de ser una “sociedad primitiva” en la que todas las personas gozaban de los mismos derechos y responsabilidades a ser una “sociedad desarrollada” que sigue insistiendo en marcar diferencias entre hombres y mujeres?
Es triste que siga ocurriendo en muchas partes del mundo que los hombres ganen más que las mujeres haciendo exactamente el mismo trabajo; que las mujeres somos muchas veces llevadas a tomar trabajos de media jornada porque se ha estipulado que somos las que debemos cuidar de la descendencia; que seguimos siendo mayoría en carreras profesionales y oficios destinados al cuidado como la educación y la enfermería, y mejor no toquemos el tema de que somos más vulnerables a sufrir a lo largo de nuestra vida algún tipo de violencia sexual.
Es cierto que muchas hemos logrado vencer algunos aspectos del sistema, sin embargo, me pregunto de nuevo: ¿por qué debo luchar por un derecho humano fundamental como la igualdad?
Marzo es el mes de la mujer, y si este artículo te hizo pensar y cuestionarte, celebrar el Día de la Mujer y todo este mes sigue teniendo sentido.
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