Por Monyerla Freintas
Es posible que las ocupaciones de la vida, los deberes, las obligaciones y ese sinfín de actividades que hacemos en el día nos distraigan de lo que resulta ser verdaderamente importante.
Mi intención no es que llegues a la conclusión de que los deberes son malos, en lo absoluto. Sé por experiencia propia que tener una vida productiva es gratificante y resulta ser beneficioso, sin embargo, es importante cuestionarnos si esas actividades nos están restando tiempo y energía que deberíamos destinar a aspectos más profundos y relevantes: vínculos, descanso, recreación equilibrada… ¿Forman parte de tu rutina?
Escucho como psicóloga la queja de mujeres que no logran conectar con sus parejas, con sus hijos/as o con ellas mismas, que pasan el día pensando en cuál es el siguiente paso para mejorar, porque no logran percibir lo que está sucediendo con su cuerpo que se encuentra adolorido, o con ese nudo en la garganta que lleva días acompañándolas y no saben el motivo.
Me parece relevante mencionar que para poder estar a gusto y conectar con las otras personas, con nuestras actividades o con nuestros trabajos, es fundamental conectar con nosotras. En este ejercicio, la creatividad y la flexibilidad juegan un papel importante. El poder encontrar alternativas novedosas a las situaciones que nos desafían y poder aplicarlas sin rigidez marcará la diferencia.
Quisiera que la próxima vez que te sientas abrumada por el trabajo y tengas una lista gigante de pendientes, pudieras preguntarte en qué aspecto hace falta que conectes contigo que estás tratando de callar con tanto trabajo. Pregúntate qué aspecto de tu vida consideras importante, relevante, esencial y orienta tus objetivos a alcanzar eso que realmente deseas. No pierdas de vista que lo que realmente da la felicidad son los vínculos sanos, las experiencias agradables y positivas, el ser agradecidas y optimistas.
Por eso, hoy y siempre céntrate en lo que es verdaderamente esencial, beauty.
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