Por Olga Valderrama.
Una pareja posee varios roles, hoy solo hablaré del conyugal que es la unión de 2 personas debido a un vínculo afectivo, las cuales se comprometen a formar un equipo, para juntos construir una relación donde compartan metas, sueños, deseos, logros, alegrías, así como también fracasos, tristezas, dificultades de la vida, entre otras, unificando así sus estilos de vida.
Cuando se conforma una pareja, cada uno de los miembros carga consigo un bagaje de experiencias históricas que configuran su modo de sentir, pensar y actuar. Una pareja debe lograr compartir dichos sentimientos, ideas y pensamientos creando una identidad propia de la relación. De esta manera, se construye una nueva familia (sistema) a partir de ese vínculo afectivo, que es lo que les permite mantener alianzas y acuerdos, y que posee sus propias debilidades y fortalezas. Con el tiempo puede que esa pareja decida tener hijos, aumentando en número a la familia.
¿QUÉ SUCEDE LUEGO DEL DIAGNÓSTICO?
Al conocer el diagnóstico de un hijo (TEA) se ponen a prueba estas fortalezas y debilidades personales y compartidas en la pareja, lo que en gran parte determina la manera en que le harán frente a una situación estresante como esa.
Cada uno de los miembros de la pareja percibirá la presencia del TEA de manera distinta, lo que producirá ciertas tensiones entre ellos. El poder reconocer los sentimientos de amor y odio que produce el diagnóstico de TEA en un hijo es importante para la adaptación de la pareja. Los conflictos aumentan cuando algunos de los sentimientos negativos predominan dentro de la relación conyugal.
ASPECTOS IMPORTANTES PARA EL FUNCIONAMIENTO DE LA PAREJA
Para todo lo anterior es necesario que la pareja posea un buen nivel de EMPATÍA, pues un incremento de interés hacia la otra persona facilita la interacción social. Considero que dentro de la pareja no es suficiente con tan solo identificarse con el otro miembro, también es importante el poder utilizar esa identificación en la toma de decisiones.
En los niños con TEA se observa una “falta de empatía”, lo que dificulta de manera importante su capacidad de desarrollar y mantener relaciones interpersonales. Los padres pueden sentir esto desde los primeros meses de vida, tales como el contacto ocular, la mirada, la sonrisa, los gestos, las posturas, el acercamiento, el abrazo, etc. Este hecho afecta directamente al subsistema parental y también al conyugal, debido a que crea un impacto en los sentimientos de cada uno de los miembros de la pareja, no solo hacia el niño, sino también entre ellos.
Otro aspecto relevante para el adecuado funcionamiento de la pareja ante una crisis como ésta es la COMUNICACIÓN. La comunicación dentro de la pareja se ve amenazada por la necesidad de ocultar el dolor, la incertidumbre, la rabia y las preocupaciones. Si la comunicación no es adecuada o disminuye, los miembros de la pareja no intentan comprenderse, sino que tratan de obligar al otro a pensar de la misma forma, lo que genera un desconocimiento de quién es el otro, qué quiere y qué necesita. Para que la pareja conyugal funcione es necesario que ésta se acompañe de apoyo, confianza, protección y aceptación abierta.
La INTIMIDAD que mantenga la pareja es otro factor relevante para el mantenimiento de la unión conyugal; ésta permite que cada miembro de la pareja le brinde placer sexual al otro, pero también un apoyo incondicional, una sensación de seguridad al saber que se posee un compañero con el que se cuenta en los momentos buenos y placenteros, pero también en los difíciles y dolorosos.
Otro aspecto importante a tomar en cuenta es el TIEMPO DE OCIO y DISFRUTE. Los cuidados necesarios para atender y ayudar adecuadamente a un niño con TEA ocupan gran parte del tiempo de los padres y para lograr la obtención del mismo, hace falta disminuir el que se dedica a algunas tareas dentro y fuera de la familia. Parte importante de éste se consigue “robándoselo” al subsistema conyugal (pareja). Al disminuir el tiempo para compartir que posee la pareja, se altera la intimidad y la comunicación dentro de la misma, lo que irremediablemente va disminuyendo el deseo y el compromiso.
Todos los aspectos antes mencionados les facilitará a los miembros de la pareja el poder complementarse para trabajar como un equipo ante una situación estresante como lo es el TEA, logrando así compenetrarse en vez de alejarse el uno del otro.
La alteración de uno o varios de estos aspectos podría llevar a la disolución de la pareja. Aún así, se debe tomar en cuenta que el hecho de que la misma se separe no significa que dejan de ser un equipo parental, el cual debe seguir trabajando en conjunto por el bienestar de los hijos.En conclusión, la aventura del vínculo con el otro cónyuge es algo sumamente valioso por lo que merece la pena ponerle empeño y dedicación. Dicho vínculo implica la esperanza de que las necesidades sean entendidas y respetadas por el otro, facilitando así que se puedan forjar relaciones de empatía e intimidad entre los miembros de la pareja. Es más fácil y cómodo tener a alguien a tu lado en quien apoyarse para crecer y luchar, para compartir y disfrutar cada momento de la vida.
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