Para muchos, la Navidad significa celebración: fiesta, compartir en familia y con amigos, regalos, etc.
Son muchas expectativas y planificaciones para solo un mes.
Empiezas a cuidar la comida por todo lo que sabes que vas a comer en esas reuniones, pero ¿por qué se puede unir a la fiesta un espacio para TI? Y no me refiero solo a ir a la peluquería o al spa y arreglarte, ¡lo que es maravilloso, por cierto! Me refiero a un espacio de reflexión que implica el cierre de un capítulo.
Para mí, los años son como capítulos, y diciembre me invita, también, a analizar cómo ha sido mi año, este capítulo de mi vida. Ver las fotos de todo lo que he disfrutado, experimentado y aprendido.
En mi caso, el 2023 ha estado lleno de momentos agradables: viajes, paseos, rutas, conciertos, espectáculos teatrales, la playa, la montaña, compartir y visitar a la familia, reencuentros con amigos, compartir con mi pareja... y varios logros importantes para mí como la compra de mi apartamento, hecho que he anhelado mucho.
¡Recordar todo lo increíble que pasó te permite volver a disfrutarlo! Y eso es maravilloso.
Pero cada año (y este no ha sido una excepción) también posee experiencias NO tan placenteras. Las más difíciles y dolorosas. Esas también ocuparon un espacio en mi año. Y de esas también puedo aprender.
Para mí: problemas de salud de mis padres y, después, míos; discutir con amigos y separarme de un grupo que me aportaba; tristezas; algunos eventos y viajes que no se pudieron dar; guerras y todo lo que me ha afectado; expectativas que no se llenaron; afrontar errores personales que han afectado a otros y a mí...
Esas experiencias también formaron parte de mi 2023. De ellas aprendí que puedo estar ahí en momentos difíciles, me reafirman que mis padres ahora son mis hijos y quiero ocuparme de ellos manteniendo ciertos límites sanos para mí (¡establecer esos límites ha sido más difícil de lo que pensaba!).
Me reitero que hay situaciones que se escapan de mi control y puedo fluir con ellas (tema que siempre ha sido difícil para mí), que mis recursos emocionales para lidiar con ello están ahí.
A veces resurgen temas que pensaba que ya había trabajado, y este año ha sido un gran ejemplo para de eso: aprendí que no tiene nada de malo poder retomarlos y trabajar en ellos un poco más.
¿Tú haces este balance en tu vida?
Te invito a hacerlo y verás cómo puedes aprender de esos momentos satisfactorios y dolorosos. Y, así, en el 2024 podrás entregar una mejor versión de ti.
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